Tome usted nota de como la srta. Veronica Braulia Rueco prefiere los lunes a los domingos del orto.
El domingo del orto que comenzó a las 00hs con un matambre a la pizza
de un bar de cuarta de Pacheco servido con un pelo mas largo que el de
Rapunsel morocha y alguna que otra pelusa pegada en el queso el cual
evidentemente fue a parar al suelo y despues al matambre.
Luego de la cara de disgusto de
la moza a la cual se le devolvió dicho plato, se dispuso a dormir con
hambre, pensando que por la mañana bailaría unos lindos tanguitos
felizmente. Pero al despertarse no se le ocurrió otra que darse la
cabeza contra la madera de arriba de la cama marinera.
Con chichón
lustroso caminó por Av Juramento, con tanta mala suerte que al pasar por
una vereda NO arreglada del sr. Macri se pegó un tropezón con torcedura
de tobillo incluída. Con dolorcito y frotada del acompañante (y las
disculpas apropiadas porque el tropezón se produjo por un "empujoncito
jugando") subió al subte.
Como raramente suele suceder llegó primera
y puntual. Esperó rogando evitar una cagada a pedos del dueño del
restaurant porque el resto de sus compañeros llegaron a la hora que se
les cantó el orto.
Nomás el staff completo, le entró un frío helado
por la espalda al darse cuenta que el catsuit que llevó para el evento era muy lindo pero muy poco apropiado para el lugar, y
así un tanto incómoda se dispuso a bailar con la mejor onda que la
caracteriza. Pero cagada de frio, eso lo aclaré no?
El día comenzaba
a repuntar cuando la lluvia disminuyó a los concurrentes del lugar y
algo misticamente mala onda hizo que todo el mundo tenga mala onda
contagiosa. Y nada... a pan y agua hasta las 18hs.
O casi a pan y
agua porque el menú del lugar era choripan con papas fritas, comida muy
poco adecuada para una celíaca que le entró como croto al guiso despues
de tanta hambre y tan poco tiempo para comer.
Con reflujo choripanezco se dirigió a su casa para dormir y no despertarse en una semana.
Pero que se le va a hacer, hoy era lunes, y el lunes le pareció mejor que el domingo del orto.
1 comentario:
Entiendo el punto... Sin embargo, un lunes no dejará de ser lunes.
El problema es el acostumbramiento.
Cuesta más perdonar a un amigo con el que se tuvo un gran conflicto, que a un enemigo con el que no hay punto de acuerdo...
Porque uno puede esperar lo peor de un lunes, pero jamás de un domingo.
Salute
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