sábado, 6 de octubre de 2012

Sin sentidos

Hoy me dí cuenta que mi vieja perdió la vista.
Ve tan poco que tiene la extraña costumbre de prender todas las luces de la casa.

Hoy me dí cuenta que mi vieja perdió el oído.
Escucha tan poco que enciende la radio del cuarto, la de la cocina y la TV.
Escucha tan poco que tiene que gritar, para oirse a sí misma, aunque los otros ya la oyeron.

No ve ni escucha cosas que son anormales para cualquier persona que tiene un poco de dignidad.

No ve que detrás de toda su lucha, solo hay una piedra que le impide y le impidió vivir bien.
Solo una.

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